miércoles, 4 de enero de 2017

Año nuevo...

Dicen que año nuevo, vida nueva... Y es verdad. Nos hemos metido en esta aventura con las Navidades encima, y no te creas... Es algo muy raro, pensar en hacer cajas para mudarnos cuando está toda la casa llena de adornos navideños... ¿No te pasa a ti que cuando quitas los adornos navideños, parece que la casa es otra? En nuestro caso será totalmente cierto. 



Antes de enseñaros fotos de nuestro (por ahora) horrible hogar, quiero contarte un par de cosas importantes. En el momento en el que nos dieron las llaves, el dueño nos dijo literalmente "haced con las cosas que hay en la casa lo que queráis", muebles, lámparas, un sofá, macetas... Antes de empezar la obra, reforma o lavado de cara hay que preparar la casa para ello. 

Si solamente vas a pintar y la casa tiene muebles, simpelmente trata de colocarlos en el centro de la habitación, taparlos convenientemente (en tiendas de bricolaje y pintura encontrarás fácilmente plásticos de gran dimensión que te servirán para tapar muebles, suelos...), y ahora si, a pintar. 

Si como nosotros, te vas a deshacer de muebles o cosas de gran volumen tienes varias opciones. Hay organizaciones tipo Reto, que entre otras muchas cosas, se encargan de ir a tu casa a recoger todo aquello que no quieres. Dependiendo de si el material a recoger puede ser aprovechado o no, el servicio tiene un coste o no, de todos modos siempre es conveniente darles una propina. Para no llevarte sorpresas, pide presupuesto antes... Si en tu cuidad no existen este tipo de organizaciones,  no las conoces, o no te interesa lo que te ofrecen, siempre puedes optar por llamar al ayuntamiento (suelen tener un servicio de recogida de muebles) o acudir al vertedero o punto limpio más cercano y preguntar. 

Una vez hecho esto, nuestras casas ya están listas para recibir a toda clase de obreros y créeme cuando te digo que a partir de este momento, toda ayuda es bienvenida. 

Ten paciencia, todo pequeño paso a veces parece más pequeño todavía, pero al final verás la luz. 

jueves, 29 de diciembre de 2016

Antes de empezar...

¡Hola!
Antes de empezar, vamos a presentarnos. Somos Pepe y Javi,  mexicano y  español, 28 y 32 años; dos amantes de las cosas bonitas y con estilo que nos hemos visto ligeramente presionados a crear este blog para informar al mundo de nuestra aventura inmobiliaria.

Seguro que sois muchos y muchas los que al entrar en una casa vieja (o no tan vieja) habeis sentido un irrefrenable instinto de tirar tabiques, cambiar puertas y ventanas, renovar baños y cocinas, o simplemente pintar... 

Enfrentarse a una obra o reforma en una casa, piso o apartamento es algo que ilusiona, pero que a la vez da mucho miedo, y debe ser así... 

Nunca debemos perder la ilusión y debemos tener más o menos claro la meta (tanto en resultado como en tiempo) que queremos conseguir, de lo contrario, el duro y arduo camino hacia la casa de tus sueños será más complicado todavía. 

Pero tampoco debemos perder el miedo, y te digo desde ya que, desde el primer día, van surgir imprevistos... Estoy seguro de que te suenan esos programas de la tele en los que están reformando una casa y una humedad, unos cimientos mal puestos, la electricidad o un tejado antiquísimo impiden a los inquilinos conseguir las puertas francesas que tanto quieren para la terraza de su dormitorio, conseguir el concepto abierto en su cocina o renovar el baño y el cuarto de invitados... Esto es así, raro es el caso en el que no hay imprevistos...

Nosotros no nos consideramos profesionales de la reforma; no lo somos, pero nos hemos visto inmersos en uno de esos programas, aunque sin cámaras. Hace un mes se nos planteó la posibilidad de alquilar un piso en el centro de la ciudad, muy viejo pero con muchísimas posibilidades. Un octavo, orientación sur, sin edificios delante, dos terrazas de tamaño medio (unos 7-8 metros cuadrados cada una), dos dormitorios, baño y cocina. La renta era asequible y algo muy importante, el dueño de la casa estaba dispuesto a colaborar.


Antes de dar ningún paso hay dos aspectos que creemos que son fundamentales. El presupuesto y el dueño.

Por un lado hacer un presupuesto, saber con cuanto podemos contar para acometer la reforma y en base a ese presupuesto empezar a dejar volar la imaginación. No te preocupes, siempre hay ideas que pueden ajustarse a tu bolsillo (claro está, dependiendo del nivel de "profundidad" al que quieras llegar y de lo manitas que tu seas). 

Por otro lado, es también fundamental la relación que puedas tener con el dueño de la casa. Si hablamos de venta, es fundamental que, si la vivienda es antigua, el casero sea consciente de ello... ¿Cuántas veces hemos visto pisos que están para tirar enteros y el dueño nos jura que están para entrar a vivir? Cada persona entiende el concepto "primeras calidades" de una manera completamente diferente... Querido propietario, no puedes vender tu casa por el valor que tu crees que tiene, a no ser que este sea el valor real de mercado...

Si por el contrario, hablamos de alquiler la cosa cambia, la relación con él ha de ser estupenda, estás a punto de firmar una relación a medio/largo plazo. Tu vas a "convivir" con tu casero durante el tiempo que dure tu vida en esa casa, para lo bueno y para lo malo. En el caso de las reformas, puesto que son mejoras que "se van a quedar" en el piso, negocialo con él, pero también se consecuente, no pretendas que él haga todo y encima que te de un par de meses de carencia...

Bienvenidos a este ilusionante y caótico proyecto. Durante el tiempo que dure esta reforma, (que espero que sea poco), os mantendremos informados de los avances, trucos, ideas y todas las cosas que se nos vayan ocurriendo...